2 de febrero de 2012

Elba Esther, la damnificada de la ruptura PRI-Panal

El Panal y el SNTE no sólo han perdido un tiempo valioso para posicionar a un candidato presidencial —que ahora deberán sacar quién sabe de dónde y a toda prisa— sino también la posibilidad de amarrar posiciones en el próximo gabinete si el priísta Enrique Peña Nieto gana las elecciones del primer domingo de julio.


Legalmente al menos, Elba Esther y el Panal ya no pueden coaligarse con ningún otro partido o alianza, pues el plazo para hacerlo venció en noviembre del año pasado.

Fuera de Peña Nieto, las afinidades de la profesora con otros aspirantes presidenciales son bastante limitadas. Con el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, Elba Esther Gordillo no tiene nada que hacer, como no sea obstaculizarlo, pues el triunfo de éste significaría el fin de su cacicazgo dentro del SNTE y de la SEP.

Y dentro del PAN su margen de maniobra es también estrechísimo, pues sólo puede contar con Ernesto Cordero, quien hasta ahora no da muestras de que pueda vencer a Josefina Vázquez Mota en la contienda interna de este partido.

El precio que el PRI había pagado por la alianza con el Panal era demasiado costoso: 24 diputaciones y 4 senadurías, de las cuales una sería para la hija de la presidenta del SNTE, Mónica Arriola Gordillo, y la otra para su yerno Fernando González Sánchez.

Esta malograda coalición llevó a la profesora Gordillo a romper lanzas con el presidente Felipe Calderón y a perder las posiciones que había obtenido en la SEP, el Issste y la Lotería Nacional, prebendas que difícilmente recuperará, incluso con Peña Nieto en Los Pinos.

Ahora su reto será mantener el registro del Panal como partido político nacional, empresa complicada considerando que todavía no tiene candidato presidencial, que Peña Nieto no le acercará votos, que en las elecciones de hace 6 años obtuvo el 0.96% de la votación presidencial, y que en las más recientes encuestas difícilmente llega al 2.5%.

Ante tales circunstancias, el SNTE deberá demostrar que la capacidad de operación electoral y movilización territorial que siempre
 presumió es real y efectiva, y que sus alianzas con políticos y gobernadores del PRI, el PAN y el PRD van más allá de canonjías y concesiones en los gobiernos.

De lo contrario, creo que el Panal difícilmente conservará su registro y que el cacicazgo magisterial de Elba Esther no se mantendrá en la siguiente administración federal, aun si Peña Nieto consigue la presidencia de la República.

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¿Puede usted creer que el ex director del Issstep, José Alfredo Arango García, haya incurrido en abusos y excesos en esta institución al grado de casi llevarla a la quiebra sin que éstos hubieran sido solapados o encubiertos por la Secretaría de la Contraloría o, para ser más precisos, por la delegada de la Contraloría en el organismo?

Yo creo que no.

Sin embargo parece que en el actual gobierno las cosas se ven diferentes, pues la delegada de la Sedecap en el Issstep durante la gestión de Alfredo Arango, Myrna Humegido Guerrero, fue premiada con un alto puesto en la Policía Auxiliar.

Así como lo lee. Fue promovida a directora administrativa de esa corporación por recomendación de Eukid Castañón Herrera, el secretario sin cartera del gobierno de Rafael Moreno Valle.

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Simón dice:

“La soberbia nunca baja de donde sube, porque siempre cae de donde subió.”

Francisco de Quevedo (1580-1645) Escritor español.
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